Si bien la historia reciente de las cervezas de Navidad ha estado principalmente impulsada por el marketing, tanto en los Estados Unidos como el resto del mundo, la tradición de elaborar cervezas especiales para esta época del año está arraigada en una serie de tradiciones más profundas.
Los países escandinavos tienen, quizás, la referencia más poderosa al respecto. Los vikingos disfrutaban de una cerveza fuerte y maltosa durante sus celebraciones de Julio -o Yule- ofrendando sus preparaciones a Odin, Frey y otros dioses nórdicos.
De hecho, incluso después de que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial, la elaboración de la cerveza de Navidad estaba consagrada en la ley, luego de que el rey de Noruega Haakon I decretara que cada hogar debía elaborar una medida de cerveza para la celebraciones de Julio, ahora Navidad.
La tradición fue luego reforzada por las Leyes de Gulathing, escritas en el siglo XIII (aunque probablemente establecidas mucho antes), que no solo exigía que cada hogar campesino elaborara una cerveza navideña y organizara una fiesta, sino que también establecía sanciones específicas por no cumplir con esta norma, en donde las multas y la pérdida de la propiedad eran algunas de las posibilidades para aquellos que eludían sus responsabilidades de elaborar esta cerveza.
Suecia y Dinamarca, a partir de sus orígenes vikingos en común, desde siempre se mostraron igualmente entusiastas con respecto a la elaboración y consumo de cerveza durante las festividades y de hecho los suecos fueron los primeros europeos en llevar la tradición de una cerveza navideña a América del Norte en el siglo XVII.
La producción comercial de las cervezas navideñas escandinavas sólo se desarrollo a fines del siglo XIX y principios del XX, pero la historia continúa hasta hoy. Los cerveceros escandinavos modernos, incluso los que producen poco más que lagers genéricas el resto del año, continúan elaborando Julebryg y Juleøl para Navidad.
El fenómeno de la elaboración navideña escandinava no pasó desapercibido en ningún otro lugar. En 1804, un corresponsal británico anónimo señalaba que las tradiciones escandinavas de elaborar cerveza durante las festividades no tenían paralelo en Europa. La cerveza navideña, elaborada en Octubre “era agradable al paladar, pero embriagadora”.
Aún así, la idea de las cerveza intensas en alcohol para los días festivos no era realmente nueva en Gran Bretaña, lo que ya había sido inmortalizado en una canción de 1681: ‘The Merry Boys of Christmas o The Milk-Maid’s New Year’s Gift’ en donde se brindaba con una fuerte cerveza navideña (o varias).
Las cervezas especiales navideñas tampoco eran desconocidas para los cerveceros comerciales del siglo XIX en Gran Bretaña.
Aunque hoy en día existen muchas cervezas navideñas belgas modernas, una de las exportaciones más famosas de Bélgica, Stella Artois, ha perdido gran parte de su brillo estacional original.
A pesar que el marketing moderno posiciona a la ahora omnipresente Lager como proveniente de una cervecería de orígenes medievales, Stella sólo apareció en 1926, originalmente lanzada como una cerveza navideña y nombrada como un guiño a la estrella de Navidad (el “Artois” era cortesía del maestro cervecero Sebastianus Artois, quien se hizo cargo de la cervecería Den Horen en Leuven, Bélgica, en 1708).
Si bien intentos recientes han intentado rescatar esta herencia, la cerveza dorada y pálida actual, en general, no coincide con el estereotipo de una cerveza navideña oscura y maltosa.
A la inversa, una cerveza británica que se ha convertido en una tradición navideña comenzó su vida como algo completamente diferente: Young’s Winter Warmer fue originalmente una cerveza Burton Ale, mucho más fuerte y más dulce que su contraparte moderna.
Si bien el surgimiento y la desaparición del estilo Burton es una historia mucho más larga, en la actualidad, a menudo es más popular durante el invierno (no es sorprendente, dada su fuerza y capacidad de “entibiar el cuerpo”), por lo que no es tan inusual que haya evolucionado como una cerveza de Navidad, al menos por ahora.
Quizás la cerveza navideña moderna más famosa sea Samichlaus , originada en Zurich en 1980. Su nacimiento es un recordatorio de lo lejos que ha llegado la cerveza en los últimos treinta y tantos años, no solo en términos de variedad, sino desde una perspectiva científica.
Esta cerveza, que lleva el nombre de la versión local de Santa Claus, alguna vez fue la cerveza más fuerte del mundo y sus 14% ABV solo fueron posibles gracias a que la cervecería Hürlimann logró desarrollar levaduras capaces de sobrevivir a una densidad tan alta, algo que parece casi cotidiano (aunque aún técnicamente difícil) en la escena cervecera actual.
La cerveza desapareció después de la edición de 1996, pero regresó en 2000, luego de un traspaso a la cervecería Eggenberg en Austria.
Actualmente se continúa elaborando una vez al año, el 6 de diciembre, conservando el proceso original de añejamiento durante casi un año antes de embotellarla para su lanzamiento navideño.
Así que cuando disfrutes de una cerveza navideña este año, recuerda algunos de los que vinieron antes, ¡o vuélvete un completo vikingo y crea tu propia versión!
Fuente: Beer Times
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